Beatriz Vitoria masturbándose deliciosamente y llegando al orgasmo de placer
Ella estaba allí, tocándose de buena gana, sintiendo la piel de gallina con cada caricia Los gemidos eran fuertes, revelando lo mucho que disfrutaba el momento La niña gemía deliciosamente, entregada a la sensación Estaba mojada, los dedos ágiles la llevaban a las alturas El placer era. estampado en cada movimiento, en cada toque, en cada gemido. La masturbación continuó intensamente, llevándola hacia el clímax