cierra el trato con el jefe de la casa de empeños

Cualquier cosa por muy rara que sea tiene un precio y un comprador, tan solo hay que tener los contactos adecuados y ser paciente, pero venderse se vende. Esta es la filosofía de las casas de empeños y no es de extrañar que estén proliferando hasta tal punto que veamos a diario por la tele series que cuentan las peripecias de estos comerciantes. Hoy vamos a ver otro de los capítulos de la versión porno de la casa de empeños en el que una tía con un pollazo escandaloso acudió para vender una corneta, era de su abuelo y según le contó había sido usada en la segunda guerra mundial. El jefe quiso atender personalmente a la chica y aunque el instrumento tenía cierto valor histórico, no estaba en muy buenas condiciones, él ofrecía 60 dólares y ella necesitaba urgentemente 200, era evidente que tendría que hacer algo más para aumentar su valor…