Doble penetración y un juguete sexual
El vicio sexual que sentía en aquellos momentos era tan grande que estaba deseando echar un polvo en condiciones. Sin embargo, mis ansias de sexo eran más intensas que nunca, y no estaba muy convencida de que follando con un único tío conseguiría saciar mis ganas. Por eso, en cuanto me propusieron formar un trío y follar a saco junto a ellos, me vine arriba y acepté desde el primer momento. Nunca antes había hecho algo así, y para mí siempre había sido toda una fantasía sexual sentirme rodeada por dos hombres y gozar del sexo al mismo tiempo. Incluso la simple idea de sentirme penetrada por aquellas dos pollas a la vez despertaba en mi un ardor en mi coñito que me terminó de convencer para decir que sí. Ahí estábamos los tres, tonteando entre nosotros y acariciando nuestro cuerpo en los preliminares de la acción. Era un auténtico lujo sentir como aquellos dos hombres me compartían y me estimulaban todas mis zonas erógenas sin descanso alguno. Sus dedos recorrían cada centímetro de mi sensual cuerpo y me proporcionaban placer hasta límites insospechados. El calor fue invadiendo nuestros cuerpos y elevó la temperatura de la habitación, de modo que empezamos a desnudarnos y a prepararnos para la acción sexual que estaba por venir más pronto que tarde. Una auténtica maravilla que, sin duda, iba a estimular todos nuestros sentidos al mismo tiempo. Ahora que ya nos habíamos quitado toda la ropa, empezamos a rozar nuestros sexos los unos contra los otros. Mientras uno de ellos acercaba su polla dura y erecta hacia mi culito sediento de placer, el otro se abría paso entre mis muslos hasta conseguir penetrarme con una furia inusitada. Y yo, en medo de aquel conjunto de perversión y lujuria, me sumía en una espiral de placer absoluto que parecía no tener fin. Desde luego, estábamos disfrutando de lo lindo de nuestros cuerpos al desnudo, y pensábamos llegar al final hasta sumirnos en un estado de éxtasis sin igual. Entre los dos conseguirían llevarme al culmen del placer sexual y yo estaba dispuesta a aprovechar la situación al máximo. Para facilitar el trabajo a mis compañeros, me tumbé boca abajo sobre el sofá y puse mi culito en pompa. De este modo, uno podría petarme el coño desde abajo mientras el otro me reventaría el culito desde atrás. Además, para darle un toque extra de morbo a la situación, me acercaron hasta la boca una polla de plástico y empecé a chuparla y lamerla de arriba abajo con unas ganas locas. De este modo, estaba siendo penetrada por todos los orificios de mi cuerpo al mismo tiempo. No podía estar más estimulada ni recibir placer por más zonas de mi cuerpo. Finalmente, ambos se corrieron dentro de mi precioso cuerpo, llenándome con su lefa espesa y caliente y consiguiendo que yo también alcanzara un orgasmo anal y vaginal tremendamente placentero. Todo mi cuerpo se estremeció, mis pezones se pusieron duros y mis muslos se tensaron mientras me transportaba al más grande de los placeres jamás experimentado.