Ella era la que mandaba

No es frecuente ver este tipo de cosas. Aquella chica árabe desde luego era la que mandaba, aquél tío no era más que un puto esclavo para ella al cual llevaba atado como a un perro por el desierto. Pero hasta ser un sumiso de una zorra de estas características tiene sus ventajas, como son las de tener sexo con ella. Así que cuando lo llevó a una caseta que era de su propiedad lo preparó todo para follárselo, aunque tampoco le costó mucho. Ambos tuvieron sexo árabe allí hasta que el tío se corrió dentro de su coño. Era posible que esta mujer estuviera casada con otro, pero no pareció importarle ser infiel con su fiel sumiso.