Enamorarse de la cocina

Raquel se excitaba al ver a su novio, Eduardo, preparando un postre en la cocina Esta vez, él estaba haciendo tortitas, el plato favorito de Raquel Ella se acercó a la cocina, lo encontró sin camiseta y con un delantal, lo cual la puso muy cachonda Raquel no resistió la tentación de tocar el trasero de Eduardo y besarlo apasionadamente Mientras él cocinaba, ella sintió cosquilleos por todo el cuerpo y no pudo contenerse Raquel comenzó a acariciar a Eduardo por detrás, besando su espalda musculada La situación se tornó más intensa cuando Eduardo la levantó, la sentó en la encimera y la complació oralmente hasta que llegaron al clímax juntos Después, Eduardo penetró a Raquel por detrás, acelerando el ritmo y embriagándose de placer mutuo A pesar de estar sudorosos y desnudos en la cocina, al final se vistieron con una complicidad evidente Aunque llevaban muchos años juntos, la pasión entre ellos seguía intacta, demostrando que el mejor desayuno era disfrutar de una mañana de sexo apasionado