Su amante era una mujer madura

No solo era su amante, sino que además la zorra de la madura era una mujer casada. Es por ello que siempre tenían que verse a escondidas, algo que sin duda les daba morbo a ambos. Fue a la habitación del hotel de incognito para que nadie la descubriera, allí la estaba esperando él con una botella de cava. Se la bebieron, se desnudaron y comenzaron a follar. Lo que más le gustaba de esa puta madura era su coño, lo cierto es que se conservaba bastante bien para tener esa edad. Tras follársela un rato a cuatro patas finalmente hizo lo de siempre, metérsela en la boca para correrse y que se lo tragara todo.