Una situación límite con sus dos amantes en la residencia

El protagonista de esta historia seguramente presumirá en el gimnasio de estar casado con una mujer sumamente fiel, obediente y hogareña, ¿acaso es necesario salir de casa para tener relaciones sexuales? Cuando las infidelidades son recurrentes y van en aumento, eventualmente se pierde el interés y se buscan nuevas formas de mantener viva la llama del adulterio, como por ejemplo, tener a tu esposo en casa y a dos amantes escondidos en los armarios para tener encuentros íntimos con ellos, jugando con el límite de ser descubierta ¿Puede ser una situación demasiado extravagante? Quizás, pero que me corrijan si esto no sucede en incontables hogares