y al fin el cura le dio su bendicion
No seré yo quién eche más leña al fuego y ni que decir tiene que ésto es una simple fantasía, pero una fantasía muy recurrente en puritanas y es por ello que vamos a saciar a aquellos o aquellas que necesiten redimir sus pecados… El párroco del barrio es un señor amable, conservador, generoso, casto y por encima de todo con una inmensa fe cristiana, pero hay algo que por mucho que intente omitir o evitar de alguna manera siempre estará ahí: es hombre. A su confesionario acuden infinidad de chicas con problemas de pareja y que le piden consejos matrimoniales ya que nadie mejor que una persona totalmente ajena a éstos asuntos del corazón sabe aconsejarles, pero claro, si algo necesita una mujer es un hombre que las entienda, les de seguridad y les hable desde el cozarón con cariño, el problema es que algunas lo interpretan a su manera y hasta que no reciben su bencidión de carne no dejan en paz al Padre.