Ya que vives en mi casa tendrás que pagar, ¿no?
Su tío fue bastante contundente al respecto, la zorra de su sobrina vivía a cuerpo de rey en su casa sin ofrecer nada a cambio. Por eso tras estar un rato observándola sin ser visto decidió acercarse a ella. Una vez a su lado la joven muchacha se dio cuenta de su presencia, aunque jamás imaginó que su propio tío se la quería follar. Siempre fue un hombre cariñoso, pero no lo veía como amante sexual especialmente por la gran diferencia de edad. Sin embargo al viejo le gustaban las chicas jovencitas, no era tonto. No tardó mucho en explicar a su sobrina que él era un hombre generoso, pero que ella tenía que poner de su parte. Cuando separó sus piernas para tocar su vagina ella lo entendió perfectamente. Por eso acabaron en la habitación de su tío donde por fin cumplió su sueño de follarse a su joven sobrina hasta dejarla con toda su boca bien corrida. Ahora sabrá que todo tiene un precio.